domingo, 2 de marzo de 2014

OPERACIÓN PALACE O EL PODER DE LOS MASS MEDIA

Domingo por la noche. 23 de febrero. Entre recoger la mesa, preparar la ropa para el lunes y ver el final del telediario, recuerdo que en la Sexta se emite esa noche un programa especial sobre el golpe de estado de 1981. Zapeemos pues, a ver que nos cuenta Évole. Llevan ya días publicitándolo y no tiene mala pinta.

Cuando cambio de canal, me encuentro con que ya ha empezado hace un buen rato. Pero bueno, parece interesante, así que me engancho enseguida a la historia. Y de qué manera. Me embarga una mezcla de perplejidad e incredulidad ante lo que nos desvelan varios protagonistas del 23-F. No puede ser. ¿O sí? Tendría que haber oído antes algo al respecto. ¿Y por qué ahora estos tipos han decidido cantar al unísono? Algo no cuadra. Y sin embargo, está bien contado e hilado... ¿Qué historia es la que me han enseñado desde pequeño? ¿Todo es mentira? ¿Un complot? ¿Un pacto por el bien de la entonces joven democracia?

Se está terminando el documental y sigo sumido en el asombro. Su esclarecedor final me saca del desconcierto. Entonces me viene en mente Orson Welles y su guerra de los mundos. Esbozo una sonrisa. Parece que se evaporan los interrogantes. ¿O quizá no tanto? Maldita sea, el poder de la palabra a través de los medios es tan fuerte que puede resultar peligrosamente persuasivo. Quién sabe si algún otro asunto que nos hayan contado no esté rodeado también de ese convincente aura de ficción, pero sin un final revelador que nos alumbre sobre la realidad... Ojos que no ven.



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