domingo, 1 de febrero de 2015

HIP HOP CON HACHE DE HERNÁNDEZ (MIGUEL)

Se cumplen ya dos años de este blog, y lo celebramos recordando a uno de los grandes poetas españoles del siglo XX; y también con el firme compromiso de cosechar más a menudo. Un saludo a todos los que me han seguido en estos dos años, a los que han colaborado, a los que han comentado y a todos los que han pasado en algún momento por este foro o piensan hacerlo más adelante. Pasen y lean.

Los versos de Miguel Hernández brillaron entre las tinieblas de la Guerra Civil y, después de terminada ésta, hasta su muerte en prisión. El rapero Nach homenajea al poeta en la siguiente canción (enlace con el texto de la misma): Hoy conVerso con Miguel

¿Sois capaces de localizar los diferentes poemas de donde Nach extrae los versos de Hernández?


Igualmente, otro cantante que nos recuerda a Miguel Hernández en sus canciones es Joan Manuel Serrat, con su conocida Para la libertad, en la que aparecen los versos del poema El herido.

EL HERIDO
Para el muro de un hospital de sangre

I
Por los campos luchados se extienden los heridos.
Y de aquella extensión de cuerpos luchadores
salta un trigal de chorros calientes, extendidos
en roncos surtidores.
La sangre llueve siempre boca arriba, hacia el cielo.
Y las heridas suenan, igual que caracolas,
cuando hay en las heridas celeridad de vuelo,
esencia de las olas.
La sangre huele a mar, sabe a mar y a bodega.
La bodega del mar, del vino bravo, estalla
allí donde el herido palpitante se anega,
y florece, y se halla.
Herido estoy, miradme: necesito más vidas.
La que contengo es poca para el gran cometido
de sangre que quisiera perder por las heridas.
Decid quién no fue herido.
Mi vida es una herida de juventud dichosa.
¡Ay de quien no esté herido, de quien jamás se siente
herido por la vida, ni en la vida reposa
herido alegremente!
Si hasta a los hospitales se va con alegría,
se convierten en huertos de heridas entreabiertas,
de adelfos florecidos ante la cirugía.
de ensangrentadas puertas. 

  II
Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.
Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.


autógrafo
 

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